En la vida existen algunos tesoros guardados celosamente en nuestro corazón, o en baúles secretos que solo nosotros podemos encontrar. Pero hay otros tesoros que por ser tan obvios, nos percatamos de ellos cuando tememos que pueda desaparecer o simplemente cuando ya no están.
La Laguna Mar Chiquita y el sistema de Bañados del Río Dulce, es uno de esos pequeños grandes tesoros que nos brindan el privilegio de ser uno de los escasos lugares de la Argentina donde se puede contemplar la puesta de sol en el horizonte perfecto que contornea el agua.
La Mar Chiquita, además de nuestra, es uno de los diez lagos salados más extensos del planeta que llegó a constituirse en un importante centro balneológico por las propiedades terapéuticas de sus barros y aguas saladas. Entre la sutileza de sus misterios y el secreto de sus orígenes, la leyenda nos cuenta que un día, hace mucho tiempo, existió una diosa aborígen del agua que habitaba en su palacio de cristal del Mar de Ansenuza (nombre indígena de la Mar Chiquita). Según las malas lenguas, ella era cruel y egoísta, hasta que un día vió llegar a la costa a un príncipe aborigen malherido en la guerra. La tristeza y el dolor del joven estremeció a la malvada doncella hasta enamorarla perdidamente. Ante la muerte inminente, la diosa decidió convertirlo en un flamenco rosado para tenerlo siempre a las orillas de la Laguna. Del egoísmo al amor, y de hombre real a sutil flamenco; las aguas de la Mar Chiquita entrañan la leyenda de Ansenuza, y por eso se las considera amorosamente curativas y sanadoras.
La laguna arropa el 25% de las especies de aves del país y el 60% de aves de nuestra provincia de Córdoba. Por su tierna desnudez y su salvaje diversidad fue declarada Reserva Natural Provincial, además de Sitio de la Red Hemisférica de Aves Playeras en 1991 por albergar a más de 300 especies. Aunque los flamencos se encuentran en la lista de especies amenazadas, habitan en sus orillas el flamenco austral y el flamenco andino, que nidifica en la Cordillera de los Andes y visita la laguna en invierno.
Al tradicional bailarín rosado que cuida la mar se le acerca rasante, la gaviota de Franklin, quien decidió pasar los meses de invierno antes de regresar en verano a sus lugares de cría en Norteamérica. Entre los lugares de Sudamérica, el gaviotín pico grueso eligió los islotes de la mar para reproducirse en grandes colonias. Aunque de las 1.500.000 Ha de bosque chaqueño y serrano solo quedan 146.000 Ha de bosque nativo; se encuentran el algarrobo blanco, el negro, y el quebracho blanco, entre otros. El tesoro de Ansenuza, podría verse dañado si se concreta el proyecto del Canal Federal porque al llevar parte del curso de agua hacia La Rioja, en años de sequía se podría afectar gravemente el funcionamiento pulsátil de los bañados, disminuir su biodiversidad y perjudicar el sistema de producción ganadera.
Esperar que los pequeños grandes tesoros desaparezcan para comenzar a valorarlos es permitir que los soles se pierdan en el ocaso de los destinos sin fin. El susurro de sus aguas y la huella eterna de sus aves aguardan nuestra protección.
Por Rosana Andrea Guerra - La Universidad Libre del Ambiente (ULA) en defensa de la Laguna Mar Chiquita.
La laguna arropa el 25% de las especies de aves del país y el 60% de aves de nuestra provincia de Córdoba. Por su tierna desnudez y su salvaje diversidad fue declarada Reserva Natural Provincial, además de Sitio de la Red Hemisférica de Aves Playeras en 1991 por albergar a más de 300 especies. Aunque los flamencos se encuentran en la lista de especies amenazadas, habitan en sus orillas el flamenco austral y el flamenco andino, que nidifica en la Cordillera de los Andes y visita la laguna en invierno.
Al tradicional bailarín rosado que cuida la mar se le acerca rasante, la gaviota de Franklin, quien decidió pasar los meses de invierno antes de regresar en verano a sus lugares de cría en Norteamérica. Entre los lugares de Sudamérica, el gaviotín pico grueso eligió los islotes de la mar para reproducirse en grandes colonias. Aunque de las 1.500.000 Ha de bosque chaqueño y serrano solo quedan 146.000 Ha de bosque nativo; se encuentran el algarrobo blanco, el negro, y el quebracho blanco, entre otros. El tesoro de Ansenuza, podría verse dañado si se concreta el proyecto del Canal Federal porque al llevar parte del curso de agua hacia La Rioja, en años de sequía se podría afectar gravemente el funcionamiento pulsátil de los bañados, disminuir su biodiversidad y perjudicar el sistema de producción ganadera.
Esperar que los pequeños grandes tesoros desaparezcan para comenzar a valorarlos es permitir que los soles se pierdan en el ocaso de los destinos sin fin. El susurro de sus aguas y la huella eterna de sus aves aguardan nuestra protección.
Por Rosana Andrea Guerra - La Universidad Libre del Ambiente (ULA) en defensa de la Laguna Mar Chiquita.