La laguna más extensa de Sudamérica, convertida en Reserva Natural, hospeda a un nutrido elenco de animales, y cada verano recibe miles de aves migratorias.
Termina el verano en el Lago Mono, al oeste de California. Las aves han duplicado ya su peso a fuerza de engullir moscas de la sal y se muestran expectantes. De pronto, como respondiendo a una orden secreta, un puñado levanta vuelo. Le siguen cientos, miles. Y el cielo se ennegrece de alas sobre la Sierra Nevada. Comienza el increíble viaje de los falaropos tricolores.
Algunos de estos chorlos nadadores llegarán tan al sur como Tierra del Fuego. Pero la mayoría (unos quinientos mil) pasarán su temporada no reproductiva en el nordeste de Córdoba.
Allí los espera Mar Chiquita, una laguna de aguas saladas en la que cabe 25 veces la Capital Federal, aunque no sea más que el humilde vestigio de un lago que a mediados de la Era Cuaternaria cubría toda la pampa deprimida, entre Santiago del Estero y el norte de la Prov. de Buenos Aires.
Es uno de los 10 lagos salados más extensos del planeta, y llegó a constituirse en un importante centro balneológico por las propiedades terapéuticas de sus barros y aguas saladas.
El chorlo dorado, la becasa del mar y otras cuatro aves migratorias comparten las preferencias del falaropo.
Hasta el chorlo polar, -una especie al borde de la extinción-, se deja ver por Mar Chiquita.
También la gaviota de Franklin, quien decide pasar los meses de invierno antes de regresar en verano a sus lugares de cría en Norteamérica. El gaviotín pico grueso elige también los islotes de la mar para reproducirse en grandes colonias.
No extraña que, en Mayo de 1989, la laguna más extensa de Sudamérica fuera admitida entre las Reservas Hemisféricas para Aves Playeras. La finalidad de la Red es proteger a las aves viajeras y sus principales ambientes (pantanos, espejos de agua, estuarios, etc), que desaparecen a un ritmo de media hectárea por minuto.
Mar Chiquita también hospeda a visitantes del extremo austral de América, como la golondrina patagónica, el chorlito de pecho canela y el vuelvepiedras.
Pero es mucho más que un área de reaprovisionamiento y descanso para los peregrinos del aire: junto a los bañados de los ríos Dulce, Suquía y Xanaes –sus afluentes más importantes- conforma un vasto sistema ecológico, que sustenta alrededor de 300 especies de aves.
Entre las aves acuáticas se destaca el flamenco común (unos setenta mil ejemplares, según los censos) y la gaviota capucho café, secundados por gallaretas, cisne de cuello negro y coscorobas, teros reales, flamencos andinos, patos y garzas.
Los cuerpos de agua cargan dorados, bagres, bogas y sábalos. En los sectores anegadizos, buscan refugio el coipo o nutria, el carpincho y el lobito de río.
Y por los montes y matorrales costeros deambulan zorros, pumas, ñandúes, gatos monteses, corzuelas, pecaríes y comadrejas.
La vegetación
Corresponde al tipo chaqueño, con variantes que responden a factores físicos tales como pulsos de inundación, y salinidad del suelo.
En las áreas de bañados la vegetación se presenta en manchones, alternando con pastizales de inundación, matorrales de ambientes salinos y bosquecillos de chañar. En las lenguas de tierra más altas, alejadas del cauce principal, aparecen primero los cardones, y luego los quebrachos blancos y algarrobos. Hacia el sur se agregan a estas especies el itín, el mistol, el peje, espinillos, etc.
Próximo a la desembocadura de los ríos Suquía y Xanaes se presenta un monte ribereño con sauces, piquillines y aromos.
En el sector donde las aguas vierten a la laguna, la vegetación está representada fundamentalmente por plantas acuáticas y semi-acuáticas, como totoras y juncos. Las costas muy bajas y barrosas están totalmente desprovistas de vegetación.
La caza fotográfica, el camping, la pesca, los deportes náuticos y la navegación completan la oferta recreativa.
Claro que no todo es turismo ecológico: las aguas de la laguna contiene una prodigiosa mezcla de cloruros, yodos y sulfatos capaz de restaurar cuerpos otoñales, aliviar la gota y el lumbago, sanar afecciones cutáneas e incluso soldar quebraduras. Y dicen que su aprovechamiento comenzó con los sanavirones, primitivos dueños de la comarca....